jueves, 21 de febrero de 2013

DIAGNOSTICO DE MUERTE HOY

Es misión del médico el diagnóstico y certificación de la muerte, que es la detención irreversible de las funciones biológicas del cuerpo humano.

Desde tiempos remotos ha existido el temor a la muerte aparente y con ella el peligro de ser enterrado vivo, cosa que en el pasado sucedió con harta frecuencia. Por fortuna ya están lejos los tiempos en que para realizar este diagnóstico se utilizaba una plumita de ave o una brizna de algodón bajo las fosas nasales, un espejo bajo la nariz para ver si se enturbiaba o el vaso lleno de agua sobre el esternón para recoger una posible vibración en su superficie. Y como medio extremo, la apertura de las venas de la flexura del brazo para ver si fluía aún la sangre.

Aún en nuestro tiempo surgen casos de muerte aparente, a veces no diagnosticados. En mi aún reciente viaje a la India leía en un periódico de Nueva Delhi que una mujer declarada muerta fué llevada a la pira funeraria del templo para someterla a la cremación ritual. Colocado el cadáver entre la leña, se prendió fuego a la misma. Pero al sentir la acción del calor, el presunto cadáver "revivió" saliendo despedido de un salto no sin graves quemaduras que tuvieron que ser tratadas en el Hospital de Benarés donde tuvo lugar el hecho.

Hoy día nuestra Legislación prohibe enterrar un cuerpo antes de las 24 horas de haber fallecido el sujeto, exigiéndose la certificación del médico de cabecera, del médico forense o del médico del Registro Civil en la que previa comprobación se señalan las causas mediatas e inmediatas de la muerte.

Son evidentes en la muerte cierta la paralización de la respiración, la del movimiento circulatorio y el silencio bioeléctrico del cerebro (triángulo de Bichat). Como esto, salvo en medio hospitalario bien dotado, no es posible comprobarlo rigurosamente, el médico se guía primero por la flaccidez de los tejidos y músculos que ocho horas después es substituída por la rigidez cadavérica (rigor mortis) aunque hay circunstancias que pueden adelantar o retrasar este signo.

Los cambios químicos del medio interno que sobrevienen con la muerte hacen que el cadáver se enfríe progresivamente (algor mortis), comenzando por las extremidades y partes superficiales y terminando por las partes profundas y órganos internos. Para ello se toma la temperatura superficial y rectal.

También se produce una pérdida de la elasticidad de los tejidos, especialmente las fibras epidérmicas y musculares, de manera que si pellizcamos la piel con una pinza de forcipresión y luego aflojamos ésta, los tejidos vuelven a la normalidad en el vivo y persiste el pinzamiento en el cadáver (signo de Icard).

El pH del medio interno varía rápidamente con la muerte virando del neutro o ligeramente alcalino (7.4 a 7.8), al ácido (5 a 5.4 o menos).

El gran maestro de la Medicina Legal española, el Profesor Lecha Marzo, ideó un sencillo procedimiento no traumático que consiste en colocar un papel de tornasol bajo el párpado del supuesto cadáver o bien recogiendo la secreción lagrimal. Si vira el color del papel a ácido (rojo) es cierta la muerte real.

Signo de aparición tardía es la mancha verde, que aparece a la 24 horas después de la muerte, generalmente en la pared abdominal como consecuencia de las putrefacciones abdominales.

La radiografía abdominal permite ver en el cadáver con gran nitidez los límites de los órganos internos, cosa que no sucede en el vivo a causa del peristaltismo intestinal (técnica ideada por mi maestro D. Antonio Piga).

Generalmente 45 minutos después de la muerte, se presentan signos como el hundimiento y flaccidez del globo ocular, por evaporación de los líquidos intraoculares o también la mancha esclerótica de Sommer-Larcher, que aparece en forma redondeada u oval, de color negro, en el lado externo del globo ocular por desecación (momificación) de la eclerótica, o el enturbiamiento corneal, muy rápido si el cadáver quedó con los ojos abiertos y más lento si quedó con los párpados cerrados.

La palidez y color céreo son otros signos de muerte.

Las livideces cadavéricas (livor mortis) que aparecen en las partes declives del cuerpo (hipostáticas), son otro signo.

Se suele considerar que si la irrigación del cerebro falta más de cinco minutos, el daño cerebral es tan grande que es irreversible. La anoxia cerebral por más de 5 minutos es mortal para este órgano. Hoy día, con motivo de la obtención de órganos para transplantes se ha extremado el diagnóstico de muerte cerebral irreversible. Para detectarlo se recurre al Electroencéfalógrafo que si registra durante cuatro horas imágenes planas (EEG plano, silencio bioléctrico) permite afirmar que un cerebro ha terminado sus posibilidades de recuperación, aunque en países como Francia, experiencias vividas en algunos casos, hacen que la Legislación exija un silencio bioeléctrico de 48 horas (sujeto en estado de coma profundo). Estos estados irreversibles van acompañados de ausencia de reflejos.

La paralización de la actividad cardiaca se detecta por medio del ECG (electrocardiograma) monitorizado en medio hospitalario (ausencia de latidos a la auscultación, registro fonocardiográfico negativo).

A pesar de todo este gran número de signos que nos permiten afirmar que un sujeto está muerto, existen casos de vuelta a la vida cuando parecía imposible.

Aún después de la muerte cierta, existen grupos de células y tejidos que conservan su vitalidad por un cierto tiempo. Más adelante, los procesos destructivos como la autolisis (fermentaciones, necrosis), la acción de la bacterias aerobias y anaerobias, harán evolucionar el cadáver pasando por diversas etapas tales como la fase cromática, fase enfisematosa,fase colicuativa (formación de putrílago) hacia la esqueletización por la acción de los numerosos insectos de los escuadrones de la muerte o bien si las condiciones son favorables, hacia la saponifiación, el adipocira o la momifiación.

1 comentario:

  1. Buen tema. La idea es que se comprenda que no todo cadaver se descompone de igual manera, eso puede variar, hay cadaveres que le crecen las uñas y hasta el pelo. Seria bueno que siguieras profundizando

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