EL CADAVER
CLASIFICACION DE LOS CADAVER
Grupo I: cuando los
causas de la defunción representa un riesgo sanitario, tanto para el personal
funerario como para la población en general, tales como: carbunco, cólera,
rabia, peste, contaminación con productos radiactivos, y aquellas otras
en los que en su momento por razones de salud pública lo estime la autoridad
competente.
Grupo II: personas fallecidas por cualquier otra causa no contemplada en el grupo I.
Restos Cadavércos: lo que queda del cuerpo humano, una vez transcurridos los 5 años siguientes a la muerte.
Putrefaccion: proceso de descomposicion de la materia organica debido a la accion sobre el cadavér y fauna complementaria.
EL DIAGNOSTICO DE LA MUERTE COMO NECESIDAD
frente a la muerte real, hay que traer a colación la muerte aparente, hoy
integrado bajo el termino de catatonía, y en otro tiempo más conocida como
catalepsia, es una situación en la que aparentemente desaparecen las funciones
vitales esenciales (circulatoria, respiratoria, nerviosa), pudiendo suceder en
situaciones diversas, por alteraciones del sistema cardiovascular, nervioso, o
en casos de asfixia, así como también como estados infecciosos, tóxicos, a
veces inducidos por medicamentos (en este sentido hay que evaluar muy bien los
efectos de la morfina en el organismo, “efecto mórfico”, incrementándose el
riesgo con los cambios de turno del personal hospitalario.
INTERVENCION MEDICA
El Diagnóstico de la
Muerte, con absoluta certeza, conlleva no pocas veces una enorme
dificultad, más aún en las primeras horas. No obstante el requerimiento del
médico en este ámbito es relativamente reciente, situándolo en torno a los
comienzos del siglo XIX. Así “se apacigua el miedo a la muerte aparente y
aparece la figura del médico como fiscalizador, como quien comprueba y
diagnostica la muerte.
Y es que el tanatodiagnóstico (thnatos, muerte) ha de ser hecho correctamente,
minuciosamente, siguiendo al mismo tiempo unos plazos, en atención a las
modificaciones que se dan en el organismo por la evolución del estado de vida
(bios) al de cadáver (necros), que, salvo casos especiales, han de ser
respetados con rigor, al margen de otras formas de entender la muerte, que
ahora, por varios motivos, no van a servir de comentario (así, muerte
cerebral).
Diagnostico científico de la muerte: signo de muerte no es prueba de
muerte
En el establecimiento de la
muerte, en su aproximación diagnóstica, habrá que considerar por una parte el
cese de las funcionales vitales (respiratoria, circulatoria, cerebral) y
por otra la observación de los fenómenos cadavéricos (cambios bioquímicos
en el cadáver que cursan con enfriamiento, deshidratación, acidificación, y
descomposición).
La causa inmediata de la
muerte, hay que buscarla dentro de graves perturbaciones del llamado trípode
vital, esto es, corazón, aparato respiratorio, sistema nervioso
central, al tratarse de sistemas indispensables para el mantenimiento de la
vida, siendo el primer órgano que sucumbre, primum moriens, el cerebro
. Y también desde el punto de vista de muerte general se dice que el
corazón.
La única prueba de
certeza absoluta de muerte es la descomposición cadavérica, la putrefacción,
procesos destructores del cadáver (autolisis), que en condiciones ambientales
normales no aparece no antes de las veinticuatro horas (como muy pronto), cuyo
exponente inicial suele ser la mancha verde abdominal (por acción del
ácido sulfhídrico por putrefacción de los tejidos, siendo más precoz en la fosa
iliaca derecha, por ser en esta localización más abundante la flora microbiana);
en general hay que esperar más de treinta y seis horas para su observación,
plazo siempre muy ligado a las condiciones del medio ambiente, tanto que la
temperatura elevada acelera la putrefacción y, en cambio, el frío la retrasan, a
veces en varios días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario